El pasado sábado he podido disfrutar por fin de la nieve y el esquí (hacía más de 10 años que no me calzaba mis esquís) en la Estación de Esquí de La Covatilla, o Sierra de Béjar – La Covatilla como se hace llamar oficialmente. Desde que me traje los esquís de San Sebastían, donde con bastante sorpresa descubrí que me seguían valiendo, he estado rumiando esta visita. Unos fines de semana por compromisos, otros por falta de nieve o por mal tiempo, lo hemos ido retrasando, pero el Sábado aprovechamos que el tiempo acompañaba y nos presentamos allí.
El día soleado, espléndido para la práctica de este deporte, atrajo a mucha gente, no en vano, ha sido uno de los fines de semana de mayor afluencia. Las pistas, en muy buenas condiciones y produciendo nieve aprovechando las bajas temperaturas, estaban repletas de esquiadores, la mayor parte de ellos en la zona de Debutantes, donde las colas eran un poco desesperantes en algunos momentos. Esta zona resulta ideal para la iniciación en el deporte, con pendientes suaves donde tomar contacto con los esquís y practicar los giros en cuña. En estos casos siempre recomiendo tomar un par de horas de clases, fácilmente accesibles a través de la web de la Escuela Bejarana de Esquí. Una vez iniciados, con los conceptos básicos asimilados, se puede tener un mediano control de uno mismo en la pista, con lo que ya es posible disfrutar un poco de la rampas de la zona de debutantes.
Para los mas experimentados la estación puede resultar pequeña en cuanto a remontes (solo 2 más una cinta transportadora y un telesilla) pero sorprende en el número de pistas, sobre todo rojas, que facilitan infinidad de combinaciones para realizar distintos descensos desde la cota más alta.
Mi impresión ha sido muy buena. Resulta perfecta para quien quiera disfrutar de este deporte sin tener que hacer interminables viajes en coche, sobre todo para los que vivimos en Salamanca y alrededores.